Es comúnmente un hecho que unos de los picos de atención que alguien o algo reciben es cuando aparecen por primera vez. Lo nuevo siempre se vende fácil a la vista, pero la mayor parte de las veces esa gran masa de observaciones no llegan cuando una mejor versión del sujeto aparece. Esto algo que recientemente ha padecido la figura de Martin «Yike» Sundelin, jugador de G2 Esports, quién tras dar un salto notorio de nivel, ha extrañado la cantidad halagos y de ojos que se posaban en él anteriormente.

Dando inicio a su segundo año en LEC, Yike se ha proclamado por cuarta vez campeón de la competencia. El jungla de G2 Esports ha presumido de un estado de forma que ha contentado a la familia de los samuráis. Esos mismos que ponían al jugador sueco-peruano en duda ante la opción de G2 de fichar a una estrella con más rodaje como Javier «Elyoya» Prades. El nivel de Yike en esta LEC de invierno ha sido para aplaudir una y mil veces pero, por un factor ha sido un hecho algo discriminado.

El factor es fácil de detectar, y es que a veces el timing de los halagos juega una mala pasada. El Yike de 2023 fue furor. Sangre nueva y buenos resultados contentaron a todas las miradas que se posaban sobre la incógnita de aquel G2 Esports. No obstante, hoy Yike se muestra como una versión mejorada, que incluso casi rasca el MVP de invierno pero no ha recibido la atención que merece.

Lo que se halaga y lo que no, le pasa factura a Yike

Como mencionaba recién, el 2023 fue Yike fue un éxito. El debutante junglero, acompañado de los grandes resultados del equipo, hizo que fácilmente G2 no sufra tanto la salida de un ícono del equipo como Marcin «Jankos» Jankowsky. Siendo el desconocido en un G2 que fichaba estrellas en la botlane y continuaba con los dos mejores solo líneas de la competencia, Yike tuve más miradas de las que debería. Y es que el sueco-peruano era lo nuevo de ese quinteto de samuráis, y con un poco más de la porción de hacerlo bien, Yike rascó el Rookie del año en LEC 2023.

En 2023, G2 carburó como nadie. Tres de cuatro títulos domésticos y presencia en internacionales. En parte por esto, y por no haberse expuesto en mayoría como una pata floja, Yike recibió aplausos y cariño para un rato largo. Si bien el jungla novato no cargó con muchas exigencias, se le aplaudió de más quizás por lo bien que iba el equipo. Pocos de estos aplaudidores tuvieron en cuenta el sacrificio extra de un Rasmus «Caps» Winther que compensaba los baches de Yike durante su aprendizaje.

Que sobren halagos rara vez puede ser un problema. Pero si luego con meritocracia esos extras se compensan pero no existen, pues ahí tienes un caso de injusticia. El Yike de 2023 se llevó aplausos que quizás en parte no merecían o eran un exceso. Injusticia que no resulta grave hasta hoy, donde un Yike crecido y brillante ha quedado a la espera de un reconocimiento de gran calibre.

En la LEC, gracias a la vagancia de la media de jugadores, se felicita al joven que cumple con el mínimo. Pero pocas veces se halaga a aquél que va por más y mejora. El trabajo es tan ajeno para la escena que muchas veces son incapaces de ver y valorar hasta el esfuerzo ajeno. El Yike del 2024 es un brillante jugador mecánico que rinde al máximo nivel cuando G2 exprime sus dotes. No obstante, corre con la injusticia de ya no estar expuesto en «La vitrina de lo nuevo», y de que muchos no sean capaces de notar su arduo trabajo.

La apuesta de G2 por Yike rinde frutos

Si hay un grupo de personas que sí fueron capaces de notar el crecimiento de Yike, están en G2 Esports. La tragedia de Worlds 2023 con un G2 rindiendo vagamente no hizo que el club buscará culpables y por suerte no cambió su idea de que Yike era la opción correcta.

Continuando con su mismo quinteto, G2 apostó por que la curva de crecimiento continúe y así fue. Hoy tenemos a un Yike que le permite a Caps desplegar su nivel de MVP, algo que vimos en este split de invierno. Mientras que también se concretó esa lectura de G2 de que Yike rinde con campeones mecánicos. Un ejemplo de este acierto es el Viego de la Final de invierno. También lo es incluso la Lillia del mapa siguiente en el mismo encuentro, el cual finiquita con un Pentakill.

Para tristeza de la narrativa, Yike ha recibido poco reconocimiento por su salto de nivel. Seguramente no sea algo que le quite el sueño, pero si me lo quita a mi. Ojalá reciclar los aplausos del 2023 y dárselos a este Yike que sin duda se lo merece más. O quizás podríamos normalizar de una vez que uno de los resultados del trabajo duro también sea que los críticos lo reconozcan.


Imagen de portada: Yike | LEC Flickr