Las expectativas son una hipérbole dentro del deporte. Pueden potenciar la dulzura de la victoria o el amargor de la derrota. A Karmine Corp le ha sucedido lo último en su estreno en la League of Legends EMEA Championship (LEC). Con un récord de dos victorias y siete derrotas, la organización de Kamel “Kameto” Kebir se ha quedado a medio camino en todo. Lejos de la ilusión generada desde Francia y de las formas que desde España se preveían los malos resultados del club. Todo alrededor de un entorno anglosajón que medía su discurso a conveniencia. KCorp es un club complejo porque al mover una gran masa social expone cómo los deportes electrónicos también pueden servir como reflejo de la sociedad. Después de la decepción, la acción natural es buscar culpables, pero a través de las preguntas se puede empezar a establecer un camino. 

Precisamente entre incógnitas incómodas se encuentran tanto Karmine Corp como su entrenador, Jakob “YamatoCannon” Mebdi. Las expectativas no son las únicas que funcionan como hipérbole dentro del deporte, también los ataques. YamatoCannon ahora es a ojos de muchos aficionados un entrenador que no merece estar en la LEC. Evidentemente que no es el mejor y quizás lo que le funcionaba hace unos años ahora se ha quedado obsoleto. Sin embargo, eso tampoco implica que no existan méritos propios a lo largo de su carrera, como también decepciones. El punto intermedio se presenta con poca atracción porque no genera ‘me gustas’ en un entorno muy acostumbrado a la imagen. Una pecera llena de tiburones que se quieren comer entre ellos, algunos con el carácter de famous wannabe. En relación al técnico, la clave la plantea el director deportivo de Rebels Gaming, Pablo “Marhoder” Menéndez.

Quiero romper una lanza a favor de YamatoCannon y es que creo que también la composición del equipo está mal hecha. Es decir, yo cuando veo a GIANTX, entiendo que tengan un coreano en la jungla [Peach]. ¿Por qué? Porque tienen un coreano de support [IgNar]. Así que esto me parece god. ¿Por qué? Porque tú tienes jugadores que pueden seguir los calls, que pueden ser mecánicamente muy buenos, que puedan hacerlo. Un poco lo que busquen los coreanos que mueven tu equipo, pero al fin y al cabo ellos lo mueven, tú ejecutas. Pero aquí tienes un chino [Bo] que mecánicamente es muy bueno pero no puede callear””, desarrolla Marhoder sobre Karmine Corp y el técnico en un TikTok. Tal como señala el director deportivo, la clave está en la composición del conjunto. Porque independientemente de si hubo jugadores impuestos ‘por decreto’ o no, generan preguntas necesarias para KCorp y su afición.

Si Karmine Corp y sus seguidores hacen mella en el individualismo y no en el sistema, la organización estará más cerca de ser una ‘trituradora’ de profesionales como Team Vitality

YamatoCannon es un entrenador que a lo largo de su carrera no ha destacado tanto por crear equipos de ‘autor’ a través de las sinergias. Mebdi es un prototipo de técnico que ha funcionado más beneficiándose del encaje natural de los jugadores que tenía en su plantilla y potenciando sus virtudes a través de un plan. Véase en el Splyce de 2016 y el Team Vitality de 2018 [aquí el trabajo previo lo hizo GIANTX en la Challenger Series] los mayores ejemplos de ello. Sus sistemas tienen contrapartidas: son muy definidos, les cuesta pasar de la versión 1.0 a la 1.1 o 1.2; y se ‘comen’ a los junglas, les demanda mucho más de dónde pueden llegar. Entonces, en el caso de que Karmine Corp tuviera la plantilla cerrada, ¿por qué el club optó por un perfil como el del sueco? 

Por otro lado, ¿por qué YamatoCannon aceptó un proyecto que le ofrecía un contexto poco favorable? Una cuestión curiosa cuanto menos ya que precisamente son los entrenadores quienes deben preparar situaciones ideales para brillar. Pero a la vez, si no hubiera jugadores impuestos -o muy pocos-, ¿cuál es la política de fichajes del técnico y Karmine Corp? ¿Qué sentido tenía carecer de una voz propia o no optar por opciones de mayor encaje natural a costa de un menor nivel individual? ¿Tan pocas elecciones existían? Por ejemplo, más allá del dúo jungla-support, ¿por qué KCorp quería encajar a Elias “Upset” Lipp, que brilla más jugando la fase de líneas y absorbiendo los recursos, con Raphaël “Targamas” Crabbé que es todo lo contrario? Por mucho que el proyecto de jugador del club sea Caliste Henry-Hennebert, es muy difícil que la desconexión te la resuelva un rookie que, además, es tirador.

Entre la afición de Karmine Corp también puede existir el reproche de los niveles individuales como el de Lucas “SAKEN” Fayard o Lucas “Cabochard” Simon-Meslet, lejos del rendimiento que se presupone de un jugador que Fnatic deseó en época de crisis. Aunqueal final, los problemas se deben cortar por las raíces. Si KCorp y sus seguidores hacen mella en el individualismo y no en el sistema, la organización estará más cerca de ser una ‘trituradora’ de profesionales como Team Vitality. Además, el mejor ejemplo lo tiene en Team BDS: una organización que se hizo esas preguntas y encuentra sintonía sin sufrir la barrera lingüística con Yoon “Ice” Sang-hoon. Cada realidad es distinta teniendo en cuenta las masas sociales de cada entidad. Pero antes de ser historia, el club de Kameto debería plantearse alcanzar antes el punto de BDS. Siempre existen más escalones hacia la excelencia, también para el fracaso.


Foto de Michal Konkol vía Riot Games