Un tweet y una eliminación inesperada han empujado de lleno a Europa al abismo. La League of Legends European Championship (LEC) ha caído por un precipicio que había evitado por la mínima durante dos años. El mal resultado internacional del Viejo Continente, que no ha enviado ningún representante a los cuartos de final del Mundial, ha coincidido con una pelea por una herida abierta. La escena española e internacional recorren caminos paralelos que cada vez se separan más a pesar de compartir los mismos objetivos. Una situación que no deja de ser un fiel reflejo de la sociedad europea y de cómo no es una tierra alta.

Tras la queja de Luka Perkovic “Perkz” con la llegada de profesionales españoles a la LEC se esconden muchos aspectos. Pocas veces una frase de cinco palabras -”¿No eres español? Adiós, lol” es capaz de reflejar tantas cosas. La más importante es el hecho de que se habla desde el desconocimiento. Cualquier persona que ha estado al día de las ligas regionales europeas, como por ejemplo Michael Archer “Veteran”, conoce de primera mano que tarde o temprano Tomás Campelos “Melzhet” merecía una oportunidad en la máxima competición. Echar la culpa al extranjero o una nacionalidad concreta es un recurso fácil para evitar mirarse en el espejo de la autocrítica. 

La falta de información y de autocrítica desvía el marco de debate. Quien es capaz de mover ese marco tiene más facilidades en una discusión, infundada bajo premisas falsas. Sin embargo, la realidad habla por sí misma, aunque explicarla suponga ir a contracorriente. La llegada de Óscar Muñoz “Oscarinin” al primer equipo de Fnatic generaba dudas lógicas, pero para el ecosistema de la Superliga era ninguna sorpresa que en algún punto el jugador alcanzara la LEC por el rendimiento mostrado. Como tampoco lo será -en el caso de suceder- la de David Martínez “Supa”, que durante el último año se ha mostrado como uno de los mejores tiradores de las ligas regionales europeas. Nadie habla de forma no irónica de hacer que David Carbó “Skain” alcance ese punto. Técnicamente el conocimiento no es poder, pero permite distinguir un argumento infundado o clasista.

Igual que la llegada de Oscarinin generó dudas, también fue el caso con Dogukan Balci “113”. Incluso con el jungla de G2 Esports, Martin Sundelin “Yike”, por cuestiones de encaje en el club. Todos comparten el nexo del talento pero su contexto ha generado interrogantes distintos. La cuestión es que la nacionalidad de los jugadores da igual, el marco de debate siempre debe girar alrededor de su calidad y su respuesta como rookie. Desplazarlo hacia qué pone en su documento de identificación supone crear un choque innecesario. Negar que un recién llegado a la LEC necesita su margen de evolución puede significar una losa. Ignorar los errores lógicos que pueden cometer a favor de una narrativa es capaz de hacer mucho daño en las carreras.

Los datos no mienten: durante los últimos años los jugadores españoles que han subido a la LEC han peleado por el título o lo han ganado. Los de Perkz durante las últimas dos temporadas, no. Sólo Oscarinin e Iván Martín “Razork” no han alzado el trofeo. Incluso algunos españoles como Víctor Lirola “Flakked” han tenido que soportar la circulación de listas de mejores fichajes supuestamente mejores que el suyo. Todo para acabar sustituyendo a uno de esos tan ansiados y mejores profesionales en la competición con el paso del tiempo. En este caso, el problema nunca fue entre Flakked y Jakob Gullvag “Jackspektra”, porque ambos merecían esa oportunidad, sino de la toxicidad del entorno que quiso ponerles en contra. La liga no se convierte en una “Tierra Baja” sin motivo alguno, si se degrada es porque la propia sociedad que la conforma la corrompe.

Necesidad de coherencia en la LEC

Ver mal la llegada de figuras como Melzhet a la LEC por su nacionalidad es una estupidez. Como lo habría sido pensar lo mismo del tirador de SK Gaming, Thomas Foucou “Exacick”, o hacerlo con la llegada -si se produce- del tirador de Karmine Corp, Caliste Henry-Hennebert. Puede darse el caso de que algunas de estas figuras, sean españolas o de otro país, fracasen en la máxima competición europea. Fue el caso de Steven Chen “Reeker”: nunca fue capaz de trasladar su calidad en las ligas regionales europeas al escenario más exigente del Viejo Continente. Hablar de absolutos alrededor de rookies es una moneda al aire que puede traer la pero de las consecuencias. Tampoco ningún hecho es ad eternum.

Como es lógico, la comunidad española de League of Legends defiende lo suyo. Pero para ello muchas veces cae en el insulto. Sin embargo, lo que más dañino es la falta de coherencia. Es decir, si el mundo anglosajón ve mal el aterrizaje de figuras nacionales simplemente por su documento de identificación, la comunidad no puede caer en lado contrario: vanagloriar por el mero hecho de ser un jugador español. Si la falta de información destapa a figuras como Perkz, la ausencia de crítica no puede desnudar a la comunidad española. En situaciones como estas, ser capaces de hacer una revisión crítica de las actuaciones de Oscarinin, Razork, Elyoya o Flakked habla mejor de la salud del ecosistema en el país. Ahora mismo el debate está tan polarizado que la escena ibérica no puede permitirse caer en esa trampa.