xPeke y la belleza del primer amor

xPeke

Enrique “xPeke” Cedeño es el medio más poderoso de la historia de League of Legends, por lo menos en España. La dominación de Lee “Faker” Sang-hyeok o los destellos de genialidad de Rasmus “Caps” Winther en Europa quedan en un segundo plano si se habla este medio. Llegó a League of Legends cuando aún era ‘nada’ y contribuyó enormemente a que se convirtiera en uno de los pesos pesados de los esports. Dentro de la Grieta del Invocador, la carrera de xPeke ha sido como la de Gabriel García Márquez entre hojas en blanco: “Yo no he escrito una línea que no sea sobre el poder, y, sobre todo, sobre el más poderoso, importante grande y eterno de todos los poderes que es el poder del amor”.

Quizás con el paso del tiempo xPeke se ha visto superado en el debate de mejor jugador español de la historia. Aún es el único que cuenta con un Mundial en su palmarés, pero el desarrollo de figuras como Alfonso “Mithy” Aguirre o el nivel individual de perfiles como Javier “Elyoya” Prades o Iván “Razork” Martín siempre ponen en tensión este incómodo debate. Comparar a los diferentes profesionales a veces resulta incómodo. Parece que el ejercicio de análisis lleva a desmerecer al resto de perfiles que si están en la conversación no es por fruto de la casualidad. En el caso de Peke, él no sólo fue uno de los nombres propios de League of Legends en los primeros años, sino que fue un innovador que permitió aparecer a más jugadores.

La irrupción de xPeke significó para muchos volver al pasado. A los momentos en los que todavía no éramos conscientes de lo diminutos que somos en el planeta. Una oda revivir los primeros días de partido en los que, irracionalmente, elegíamos a nuestro jugador favorito. Por ser bueno con el balón, por su peinado, por su carisma… El motivo daba igual mientras la felicidad acabase siendo esférica y pura. Peke fue la figura que provocó que muchos nos enamoráramos de League of Legends como deporte electrónico. La sonrisa de Cedeño era la del jugón. El carácter amable y divertido que mostraba era un disfraz que ‘escondía’ que se trataba de alguien que representaba la élite. Las retransmisiones en directo donde dejaba momentos icónicos -”Nidalee is too tanky”- disimulaban que su juego era una cosa muy seria.

xPeke no sólo se encargó de jugar bien, también de hacerlo bonito

Peke no sólo se encargó de jugar bien, también de hacerlo bonito. El medio estableció parte de las bases de cómo acabar con los súbditos para conseguir más oro. Mientras Henrik “Froggen” Hansen impartía cátedra sobre cómo jugar magos de control en Europa, xPeke hacía lo propio con personajes mucho más móviles. Demostraba que personajes como Kassadin, Ahri o LeBlanc también encajaban. Pero no sólo impuso conceptos de los que ahora se aprovechan todos los jugadores en el Viejo Continente, sino que lo hizo dejando momentos para el recuerdo. Véase acabando con la base del SK Gaming de Carlos “Ocelote” Rodríguez en la Intel Extreme Masters (IEM) de Katowice. Brillando en los momentos más oscuros de Fnatic acabando con el “General”, Bae “dade” Eo-jin, a través de Zed en una demostración de habilidad individual. Con un asesinato cuádruple ante LGD Gaming en el efímero sueño mundialista de Origen.

El medio reafirmó aquello de García Márquez de que el amor es una ideología. En 2014 parecía impensable que Fnatic ganara deshaciéndose de xPeke. De hecho, de aquel conjunto de los black & orange sólo quedó Bora “YellOwStaR” Kim. Pero resultó lo mejor para ambas partes. El club británico firmó uno de los mejores años de su carrera y la única entidad que consiguió plantarle cara fue la de Peke. Origen fue un acto de fe. Una demostración de toda la masa social que generaba Cedeño cuando apostó por crear su propia entidad. Luego completó el equipo con figuras como Mithy o Paul “sOAZ” Boyer y fue el orgullo de todo un continente. Un año fue suficiente para pasar de la segunda división europea a las semifinales del Mundial. Se cargó por el camino a pesos pesados como LGD para caer ni más ni menos que ante SK Telecom T1.

Pero con Origen el amor acabó pesando demasiado. Lo que empezó siendo una relación preciosa acabó envuelta de actitudes realmente tóxicas. Con xPeke dando un paso al lado y la entrada de Tristan “PowerOfEvil” Schrage, el club llegó a la final de la competición europea en el Spring Split de 2016. Los “te quiero” eran sinónimo de presión. Por entonces, Peke aún estaba a medio camino de la titularidad y la suplencia, pero con la salida de Jesper “Zven” Svenningsen y Mithy a G2 Esports, la organización explotó. El club se fue apagando poco a poco porque cumplió las palabras de Rocío Jurado que Rosalía le dedicó a Rauw Alejandro: “Se nos rompió el amor de tanto usarlo”. 

A medida que xPeke tenía que aparecer en la Grieta del Invocador en forma de tirador o de apoyo para intentar recomponer un proyecto roto, se podía apreciar que lo que empezó como un amor puro y esférico acabó en una relación de dependencia. Origen descendió en 2017 y volvió a la League of Legends EMEA Championship (LEC) dos años más tarde para acabar absorbido por Astralis, que se marchó de la competición a finales del año pasado. El final de Peke dentro del League of Legends profesional no hizo justicia a todo lo que llegó a generar con el cariño como motor. Ya lo decía “Gabo”: “El amor ha sido siempre una pequeña catástrofe”. Pero dentro del MOBA de Riot Games, ninguna tan emotiva como el idilio con Cedeño. La belleza de las primeras veces siempre consigue un huevo en nuestro corazón.


Foto vía Riot Games