El extraño privilegio de opinar

Upset Fnatic Worlds 2021

Cada semana, desde hace varios meses, me siento frente al ordenador y doy gracias porque un medio me conceda el privilegio de opinar. Una emoción placentera que suele solaparse, a los pocos minutos, por el sofocante peso de la responsabilidad. Soy muy consciente de quién soy: nadie, y de dónde estoy: en ningún sitio. No por ello el poder es menor y, en consecuencia, la responsabilidad más liviana. Reflexión que no parecen haber tenido las incontables voces que, en un error de medida de su libertad de expresión, han visto la oportunidad para hacer gala de su verborrea en cuanto a la ausencia de Elias «Upset» Lipp con Fnatic en Worlds 2021.

Al contrario de lo que pueda parecer, no escribo en esta jornada de descanso —que bien podría ser de reflexión— para opinar sobre Upset, pues no hay nada que opinar. Podría meterme en el jardín de los recientes sucesos con Fnatic, en general, y Gabriël «Bwipo» Rau, en particular; que, en su caso, sí pueden dar lugar al posicionamiento. Podría hablar acerca del siempre medido timing por parte de Carlos «ocelote» Rodríguez Santiago para emitir comunicados. Pero, en un ejercicio metaliterario, la opinión de hoy versa sobre la propia opinión; hay veces en que urge revisar las bases.

Creo en la objetividad, pero siempre y cuando no haya seres humanos por medio. Es decir: nunca. Me recuerda al efecto del observador, teoría por la cual la simple observación de un fenómeno lo cambia inevitablemente. Ahora pienso en que ojalá nos limitáramos a observar. Quizá, de ese modo, nuestra turbación del entorno se limitaría a un mínimo imperceptible. Quizá, así, Upset no se habría visto en la deplorable situación de justificar personalmente una de las situaciones más difíciles en las que puede encontrarse una persona.

Pero no, pues al igual que un extra en una película estadounidense, seguimos actuando de forma indolente escudándonos en el manido «vivimos en un país libre». Ah, y cuánto daño hacen las malas interpretaciones de los mejores preceptos. Qué necesaria es la libertad de expresión y cómo ha sido utilizada a modo de chivo expiatorio por discursos reaccionarios, intolerantes y/o irrespetuosos. Qué manera más negligente de ejercer un derecho cuando la base de un derecho es saber cuándo puedes ejercerlo.

Reflexiones extendidas para una tesis simple: opinar sobre lo que ha ocurrido con Upset es una falta de respeto. No hay vuelta de hoja. Al igual que en el consabido ejemplo de la respuesta ante una erupción volcánica, en ocasiones lo único que se puede hacer es no hacer nada. Observar desde lejos como espectadores ajenos, que es lo que somos, y actuar alrededor de la lava, sin pretensión por detenerla o redirigirla. Proteger lo que todavía es salvable, quizá con mensajes de ánimo o con el absoluto silencio. Sumar, mejorar lo presente, o al menos no empeorarlo. Dejar de utilizar cada suceso como arma arrojadiza.

Y es que, en un mundo que no se atreve aún a rechazar lo material, todo debe monetizarse o, como mínimo, utilizarse para sacar rédito. No cabe la opinión moderada, el «no lo sé». Nos resulta imposible dejar el trapo donde está y no entrar a él, buscando la admiración propia en el desprecio ajeno. Hubo un momento en que dejó de practicarse la empatía, puede que cuando la tachamos como un impedimento para reforzar nuestra posición. Una posición que, en realidad, depende poco del estado de los demás.

Pero, como siempre, resulta mucho más fácil hacer un ejercicio de comparación que uno de autoconciencia. Atizar a Elias por falta de profesionalidad quizá te haga sentir mejor por esos momentos en que tú mismo no fuiste profesional en tu trabajo. Que hasta los mejores sean, ante todo, personas, supone un bálsamo para las frustraciones diarias y los delirios de grandeza. Si yo estuviera ahí me quedaría y jugaría. Ay, si me dieran la oportunidad. ¿Por qué nadie me da la oportunidad? Todo el mundo tiene que saber que yo sí merezco su puesto, su estatus, su condición.

Lo diré por redes sociales. Sí, eso haré. Lo gritaré a los cuatro vientos y así todos lo sabrán.