Por fin ha dado comienzo la esperada serie de survival organizada por Tanizen en GTA V. El primer día de Proyecto 176 como de costumbre ha dado momentos muy caóticos y locos entre los participantes pero nos hace preguntarnos si terminará por ser lo que nos habían explicado.
De insurgentes, paramilitares y zombies
Ya llevamos muchas series a nuestras espaldas desde que se pusieran de moda hace un par de años y a veces parece que vemos algo que ya nos suena. Algo así nos ocurre que el planteamiento inicial de Proyecto 176, que de alguna forma sentimos que es algo que ya hemos vivido. El argumento de la serie es bastante prometedor, los 176 streamers se dividen en dos facciones que aparecen en distintos lugares del mapa.
En el estado de San Andreas se ha declarado una emergencia nuclear que ha hecho que algunos de sus habitantes muten y ataquen a sus semejantes. Ambas facciones deberán sobrevivir durante dos semanas para poder recuperar unos códigos de lanzamiento de misiles que el gobierno americano quiere lanzar sobre Los Santos. Hasta aquí todo correcto.
El primer día de Proyecto 176, todo caótico
El problema viene de que ambas facciones están separadas, pero no necesariamente son enemigos. Es decir lo son en base al lore, pero no según las mecánicas del juego. Los jugadores eran lanzados sobre el mapa y caían, unos en la zona de Paleto y otros en el desierto, y ahí les iban dando las lecciones básicas de juego. Como siempre que se cruzan más de 4 creadores, a partir de ese momento todo fueron gritos y risas, provocando momentos muy cómicos. El problema vino cuando, los que no roleaban se cruzaban con los que sí, generando momentos como Ibai llamando a Ander y éste contestando «yo no me llamo Ander».
A falta de ver los próximos días, cabe preguntarnos cuál será el devenir de esta serie. Hasta el momento, sólo hemos podido ver una serie parecida a Marbella Vice, con nuevas mecánicas y skins. No existe una sensación survival ni tampoco de terror. De hecho la sensación general es que los participantes acaban haciendo humor porque tampoco entienden bien qué deben hacer.