Sin contar con el poder económico como problema, Team Liquid ha usado la fórmula de Obsidian Entertainment para crear Pillars of Eternity: recurrir a las bases que un día aportaron el éxito. La organización norteamericana llevaba cinco años sin levantar la League of Legends Championship Series (LCS). Con macroproyectos fallidos por el camino, el destino parecía indicar que la época del club era simplemente eso, una época, no una obra continuada en la que los títulos fueran sumándose. Obsidian recurrió a las bases ‘de siempre’ de los juegos de rol para estrenar un título que salvara la desarrolladora de una catástrofe inminente, mientras Liquid ha hecho lo propio al reunir de nuevo a Jo “CoreJJ” Yong-in con Jeong “Impact” Eon-young. Hay bases que quizás, por la memoria colectiva, se pierden con el paso del tiempo, pero que rescatadas en el lugar y el momento adecuado, demuestran por qué siempre fueron efectivas.

Si 2018 fue el año en el que Team Liquid inició su proyecto ganador, el siguiente fue el de consolidación. El conjunto norteamericano elaboró uno de los picos más altos vistos en la historia de la LCS, tapado por la caída en la fase de grupos en los respectivos Worlds a la vez que ensalzado por el subcampeonato del Mid-Season Invitational. Yiliang “Doublelift” Peng era la punta de espada ya que, al fin y al cabo, era la representación de la palabra carry en una región castigada. Nicolaj Jensen, todavía en un gran estado de forma, implicó una mejora por el techo individual que tenía en comparación a Eugene “Pobelter” Park. Con un veterano en la jungla como Jake “Xmithie” Puchero, cuya mayor virtud era la comprensión de la Grieta del Invocador, Impact y CoreJJ eran los pilares que todo equipo deseaba para hacer brillar a sus carries.

En 2020, la organización tuvo un divorcio tan sonado como doloroso con Doublelift. La situación provocó que Edward “Tactical” Ra se asentara en el primer equipo a pesar de que tuviera muchos verdes en su paleta como jugador. Xmithie fue substituido por Mads “Broxah” Brock-Pedersen y el resto de jugadores se mantuvieron. A Team Liquid le costó adaptarse y tuvo buenos picos de nivel, pero no suficientes como para ganar la LCS y superar la fase de grupos de Worlds (teniendo, por momento y nivel, el último hecho como más injusto). A partir de ahí, la entidad optó por los macroproyectos. Optar por nombres propios como Barney “Alphari” Morris, Steven “Hans Sama” Liv e incluso el retorno de Soren “Bjergsen” Bjerg. No obstante, Liquid no tuvo en cuenta la premisa del periodista Jason Schreier sobre el desarrollo de Pillars of Eternity: “Más dinero no se traduciría directamente en un juego mejor”, escribió en Sangre, sudor y píxeles.

CoreJJ en su primer año en Team Liquid con el premio a MVP de la LCS
CoreJJ en su primer año en Team Liquid con el premio a MVP de la LCS | Imagen vía Riot Games

El año pasado también fue duro para Team Liquid al apostar por un conjunto surcoreano, demostrando músculo al incorporar a Hong “Pyosik” Chang-hyeon después de proclamarse campeón mundial con DRX. En la calle superior contó con Park “Summit” Woo-tae, un proyecto que parecía estar hecho por y para CoreJJ. Pero aquí se juntaron dos factores: ni el apoyo se encontraba en su mejor momento ni Liquid ganó nunca por tener la calle superior como centro de operaciones, todo lo contrario. La organización norteamericana evitó el desastre al sustituir a Harry “Haeri” Kang por Eain “APA” Stearns. Individualmente, el estadounidense no sería el mejor medio, pero sí uno que podía dar guerra con elecciones particulares como Aurelion Sol o Ziggs. Lo más importante era que tenía la voluntad necesaria para intentar que sucedieran cosas dentro de la Grieta del Invocador, es decir, la proactividad. Las lágrimas de Pyosik en el Mundial de 2023 mostraron la frustración del querer y no poder.

El jungla volvió a Corea del Sur de la mano de KT Rolster y Summit, achacado por no cumplir las expectativas que en el pasado justificó, de ‘exilio’ a Movistar R7 para un jugador que había llegado a tener buen cartel.  La clave de Team Liquid fue mantener asu medio y su tirador, APA y Sean “Yeon” Sung, para traer a Impact. Con los dos jugadores troncales que ofrecieron éxito en el pasado, Liquid repetiría la fórmula que le dio éxito en 2019: tener las bases necesarias para hacer brillar a los carries, en este caso, habilitar a dos que necesitaban mucho espacio. Quizás no tendrían un techo individual tan alto, pero contarían con dos veteranos apoyos que les harían parecer mejores jugadores. La mejora del rendimiento de Yeon en los playoffs no fue casualidad: CoreJJ también había aumentado su ritmo. En la calle superior, Impact mantenía su ‘mala costumbre’ de ser determinante en los momentos claves. Recuperando a sus dos pilares de la eternidad en el momento adecuado, TL ha hecho de su quinta LCS una partida de ajedrez. A veces no es necesario cambiar las fichas y sus movimientos, pero sí saber moverlas.

La victoria particular de UmTi en Team Liquid

UmTi con el primer título de su carrera
UmTi con el primer título de su carrera | Foto vía Riot Games

Team Liquid se ha hecho con su quinta LCS gracias a sus pilares de la eternidad. En la jungla era imposible recuperar a Xmithie, así que optó por una oportunidad de mercado que podía esculpirse para que se pareciera al máximo: Eom “UmTi” Seong-hyeon. El surcoreano es uno de los jugadores con más mala fortuna en los últimos años de la League of Legends Championship Korea (LCK). Destacando por su comprensión y originalidad dentro de la Grieta del Invocador -no sin cumplir un cierto nivel mecánico digno de la LCK-, empezó a despuntar en un club que le dio el debut, pero no facilidades: Jin Air Greenwings. Primero mostró su buen hacer jugando por y para Park “Teddy” Jin-seong, pero contar con Lee “Yaharong” Chan-ju le limitaba. Que consiguiera un nuevo equipo era necesario para su proyección.

Ese cambio de aires se produjo en KT Rolster, donde compartir vestuario sonaba con Go “Score” Dong-bin podía ser una potente fuente de aprendizaje y mejora. Sin embargo, UmTi no disfrutó de minutos porque la montaña rusa de KT fue cuesta abajo. Primero con problemas con su tirador, Byun “Gango” Se-hoon, posteriormente con la figura de Song “Smeb” Kyung-ho diluyéndose. En ese momento lo último que necesitaba el club era ‘formar’ un jugador pensando a largo plazo, si no evitar el descenso directo. El actual jugador de Team Liquid no funcionó en la entidad porque estaba necesitada de resultados para evitar una catástrofe. Acompañado por Gwak “Bdd” Bo-seong, el último servicio de Score fue evitar el descenso de la organización a la que tanto había defendido. El resultado colectivo tuvo consecuencias individuales en muchas figuras y el jungla no fue una excepción.

A UmTi le costó reponerse, pero lo hizo en BRION, donde encontró a Yoo “Delight” Hwan-joong como principal partner in crime. Aun así, su equipo nunca contó con la brillantez individual en las posiciones troncales para escalar más en el techo del equipo. Además, él era uno de los veteranos, pero tampoco podía ejercer una función por la cual nunca destacó. Gen.G cazó el talento de Delight, pero el jungla se quedó más tiempo. Por ello, cuando se presentó la oferta de Team Liquid, era un ‘ahora o nunca’ para él. En otra liga y acompañado de veteranos de renombre internacional (que cumplían lo que le faltaba en su última etapa en la LCK), podría ejercer su juego en un contexto favorable que le necesitaba. Ganar su primer título era prácticamente una obligación para reivindicarse, para demostrar que no bajar los brazos tiene su recompensa. Con el primer objetivo cumplido, la mirada de Seong-hyeon está en el Mid-Season Invitational, un torneo donde su rendimiento será clave para determinar si las expectativas que generó en los inicios de su carrera están justificadas.


Foto de Colin Young-Wolff vía Riot Games