Hace tan solo unos días os hablábamos en nuestro análisis inicial de cómo Call of Duty: Modern Warfare se postulaba, en base a su modo multijugador y pese a no ser perfecto, como juego del año. Ahora, con los modos destinados al juego en solitario y la cooperación, el cómputo general parece flaquear ligeramente. Y Operaciones Especiales tiene buena parte de culpa.
Una campaña que no ignora el factor «Nada de ruso»
Empecemos por lo que debe considerarse como el punto de partida de Call of Duty: Modern Warfare: La Campaña. Nos encontraremos con un modo para un jugador convencional en la saga Call of Duty, con el tono serio y crudo que caracteriza a Modern Warfare. Con una duración comprendida entre las seis y las ocho horas, la Campaña nos pondrá en la piel de soldados del ejército estadounidense con el objetivo principal de evitar una guerra química. Esta es la premisa de la que parte el título y que se utilizará como una muy bien llevada excusa para trasladarnos de un punto a otro del globo.

La historia, pese a no reinventar la rueda en cuanto a su premisa, sabe mantener el ritmo durante prácticamente todo su recorrido. Las misiones y escenarios que se nos plantean son muy variados y cuidados, permitiéndonos disfrutar de experiencias nunca antes vistas en un Modern Warfare. Y es precisamente por esto por lo que decíamos que la Campaña debe ser el punto de partida del juego, porque está marcada por un tempo mucho más pausado, alejado en ocasiones de la continua acción de los tiroteos y apostando mucho más por el sigilo y la infiltración. Además, el desarrollo de la campaña nos muestra en repetidas ocasiones la crudeza de la guerra mediante escenas que creíamos no se mostrarían en un título de Call of Duty (recordemos lo que ocurrió con «Nada de ruso«, de Call of Duty: Modern Warfare 2, 2009).

Enciende la radio
Uno de los elementos que más destacan en la Campaña son los personajes. Es habitual en la mayoría de los juegos de la saga —especialmente en los que ya acumulan años en las estanterías— que los personajes que controlamos a lo largo de la campaña son más de los deseados, y su identidad no pasa de un simple letrero al comienzo de la misión de turno. Por el contrario, en Call of Duty: Modern Warfare han decidido darle un lavado de cara al asunto. Ahora, antes de cada misión veremos el rostro del personaje a quien vamos a manejar de una forma muy bien llevada. Así mismo, podremos tomar las riendas en algún que otro diálogo, lo que permite imprimir ligeramente nuestra personalidad al discurso.
Por otro lado, el doblaje al castellano es simplemente sobresaliente, aunque con una excepción. Tras los primeros cinco minutos de juego os percataréis de que Laswell, una agente de inteligencia que tendremos a la radio en multitud de ocasiones, disfruta de una terrible elección de voz. No se trata de un mal trabajo de doblaje, sino de una pésima elección de la actriz, cuya voz no encaja en absoluto con el personaje a la que ha sido asignada. El contrapunto lo pone el Capitán Price, con nuevas cuerdas vocales en comparación con los anteriores Modern Warfare. Pese al escepticismo que esto pudiera causaros, llamamos a la tranquilidad: El trabajo realizado es impecable en todo momento con él.

Civil pero incivilizada
El contrapunto a la Campaña y la gran decepción de este título han sido las Operaciones Especiales. Atrás quedaron aquellas breves misiones cooperativas —o no— en las que demostrar nuestra valía ante multitud de situaciones. Ahora, la cosa es mucho más escueta. Distinguimos varias ramas: Operaciones, Operaciones Especiales «Clásicas» (permitidnos las comillas, pues de clásico tienen poco) y Supervivencia (exclusivo de PS4 hasta octubre 2020).
Operaciones
Las primeras se basan en una serie de misiones cooperativas para cuatro jugadores que nos proponen cumplir diversos objetivos en Verdansk y sus alrededores, una ubicación frecuentada en la Campaña. No obstante, en el lanzamiento solo contamos con cuatro de estas Operaciones y, aunque se pueden afrontar desde el sigilo o la acción directa, lo primero suele desembocar en lo segundo con poco margen de error a menos que juguemos con amigos y/o el equipo presente un buen rendimiento.

Operaciones Especiales Clásicas
Las Operaciones Especiales Clásicas se plantean como un desafío a nuestra pericia con las armas, equipamiento y rachas de bajas. En esta ocasión se pueden jugar en solitario o con hasta cuatro jugadores, pero recae en el mismo problema que Operaciones: el innato enfrentamiento directo. La limitada inteligencia de una IA multitudinaria, las súbitas apariciones de enemigos ante nosotros y el casi incesante fuego recibido hacen que sea una experiencia poco amable con el jugador, rozando la impotencia y buceando en la frustración en más ocasiones de las deseadas. Y si os encontráis a algún Juggernaut, preparaos para recargar.
Supervivencia
Para finalizar, encontramos con el que se postula como el modo de juego por excelencia dentro de Operaciones Especiales: Supervivencia. Se trata de un tradicional modo por oleadas en mapas conocidos del multijugador. Tendremos la posibilidad de modificar nuestro armamento con el dinero adquirido con las bajas realizadas, lo que nos permitirá mejorar el rendimiento de nuestras armas, hacernos con equipamiento o lanzar rachas de bajas. Solo tiene dos inconvenietes: la agresiva curva de dificultad de la que hace gala y su formato de exclusividad para los jugadores ajenos a PS4.
En términos generales, y esto es algo que se agradece mucho en este modo de juego, es la adaptación del progreso del Multijugador a Operaciones Especiales y viceversa: iremos obteniendo puntos de experiencia y el armamento obtenido en el modo multijugador podrá ser empleado y ajustado en las Operaciones y Supervivencia. También conecta con la Campaña, pues supone una extensión a la misma. Así mismo, contaremos con la posibilidad de seleccionar un tipo de soldado (con habilidad pasiva y especial únicas) así como las rachas de baja u equipamiento que deseemos antes de saltar al campo de batalla.
La cooperación será fundamental para el éxito de las Operaciones Especiales.Resumen
En definitiva, nos encontramos con una Campaña de muy alto nivel, que ha sabido aportar su grano de originalidad dentro de la saga, aunque sin revolucionar el planteamiento de historias bélicas. Desafortunadamente, Operaciones Especiales, un modo que estaba destinado a triunfar, ha sido lanzado sin apenas contenido y con unos fallos inherentes alarmantes que empañan un conjunto con mucho potencial. No obstante, esperamos que el contenido venidero maquille, al menos, la vertiente cooperativa de Modern Warfare.