Tal día como hoy Maria “Remilia” Creveling debería haber cumplido 29 años. Un dos de febrero como este tendría que haber estado caracterizado por celebrar su aniversario con sus seres más cercanos. Pero este 2024 hará cinco años que la primera mujer que disputó la League of Legends Championship Series (LCS) se marchó. Un lustro de un fallecimiento que nunca tuvo que producirse. Demasiados días sin una figura de la que se desconoce con exactitud por qué dijo adiós. Pero del que existen muchos indicios de cómo una industria entera la empujó a ello tanto por acción como por omisión.

La historia de Remilia es la de una persona que, como muchas en el pasado y la actualidad, fue pisoteada por su condición de ser. Para muchos ser transexual ya es motivo suficiente para hacer la vida imposible a alguien o directamente quitarla. No siempre es necesaria un arma para empujar a alguien a escribir el punto y final. Renegada por su familia, la misma que le vio crecer en Portland y posteriormente nunca aceptó a Maria, todo lo que “Remi” consiguió fue resultado de su propio esfuerzo. Si se convirtió en la primera mujer que compitió en la LCS fue porque en la segunda mitad de 2015 dominó la segunda división de la época, la Challengers Series, con mano de hierro bajo principalmente con su reconocido Thresh y su gran Morgana.

Las expectativas con ellas estuvieron más que justificadas tanto por el rendimiento como por el techo de cristal que acababa de romper. Sin embargo, el sueño de Remilia duró sólo seis partidas. En lo que a la afición se refiere, las críticas traspasaron la línea al acoso por ser transexual, como si eso tuviera mucho que ver con lo que sucede dentro de la Grieta del Invocador. Que su rendimiento decayera tras la primera semana del Spring Split de 2016 no justificaba en ningún momento los ataques por y hacia su identidad de género. Una parte de la comunidad de League of Legends vio en ella el eslabón más alcanzable al que atacar. El hecho de que Creveling tuvo que jugar con tres tiradores distintos se escondió por no encajar con el relato de odio.

Ese sector de la comunidad es el mismo que bien no alzó el tono -o si lo hizo, en un tono prácticamente incomparable- en esas semanas contra Oleksii “RF Legendary” Kuziuta, Alberto “Crumbz” Rengifo o Alexey “Alex Ich” Ichetovkin. Casualmente, todos hombres. De aquel Renegades sólo Crumbz y Ales “Freeze” Knezinek acabaron la temporada. Esa parte de la afición estuvo tan centrada en criticar a Remilia por su identidad de género que posteriormente quiso olvidar que del quinteto titular original no se mantuvo en la LCS nadie durante la siguiente temporada.

Cinco años después de su fallecimiento, a diferencia de las mujeres, los hombres de 18 a 29 años se vuelven cada vez más conservadores. League of Legends sigue sin un circuito femenino en condiciones pero quiere estar presente en un Mundial de Arabia Saudí

Cómo Creveling iba a competir bien si el copropietario de Renegades, Chris Badawi, le prometió una cirugía de reasignación. Acabó ofreciéndole una en Tailandia, la cual aceptó al sentirse presionada. “Me hicieron una cirugía de reasignación de género que costó 5.000 dólares, y un aumento de senos de 3.500. Ambas fallaron miserablemente. Necesitaba una tercera, pero la retrasaron hasta el punto en el que fue imposible hacérmela porque la LCS iba a empezar. [Badawi] Me obligó a subirme al escenario de todos modos”, escribió en X la propia Remilia. En qué cabeza cabía que “Remi” pudiera ejercer su profesión en condiciones cuando esa operación acompañó el estrés y la ansiedad social que padecía con dolor crónico en la zona pélvica y daños en las cuerdas vocales. 

Mientras el manager del equipo, Rob “Leonyx” Lee, declaraba en entrevistas a Dot Esports que ella tomó decisión porque “no era una gran fan de esa rutina [como profesional]” cuando el periodista Richard Lewis, a quien está de moda criticar por hacer periodismo, la tuvo que sacar de allí para devolverla a un entorno seguro. ¿Qué rendimiento se pretendía de ella cuando, además, tenía que estar tan medicada? Desde el exterior no se sabía nada de aquellos acontecimientos en ese momento. No obstante, el mismo sector de la comunidad de League of Legends que la machacaba por simplemente ser, tampoco insistió en reparar los daños generados.

Remilia intentó seguir adelante dentro de la escena competitiva pero finalmente se refugió en el streaming. Cuando falleció hace cinco años, Richard Lewis escribió en X que “Ella no habría querido comunicados muy largos o grandes elogios. A pesar de haber tenido fans en todo el mundo, nunca fue una persona a la que le gustara estar debajo de los focos”. Volvió a estar en ellos, concretamente desde la cobardía de los espectadores. Se tuvo que marchar para que la gente volviera a recordarla o hablar bien de ella. Llenó titulares sobre las barreras que rompió y que sirvió como una inspiración. Lo fue, pero una gran parte de las palabras que le dedicaron post mortem simplemente fueron una cortina de humo porque no estuvieron acompañadas por acciones.

Cinco años después de su fallecimiento, a diferencia de las mujeres, los hombres de 18 a 29 años se vuelven cada vez más conservadores. League of Legends sigue sin un circuito femenino en condiciones pero quiere estar presente en un Mundial de Arabia Saudí. TSM se han ido de la LCS señalado por acoso. Sólo Marieke “Sayna” y Jeong “DangMoo” Su-jin han roto techos de cristal, pero no en la élite, sino en ligas regionales y academias. Dicen que alguien no muere del todo hasta que fallece la última persona que le recuerda, pero nadie habla de la crudeza de recordar a una figura que nunca debería haberse ido. Tal día como hoy Remilia debería haber cumplido 29 años. Pero un 2 de febrero como este acaba marcado por la impotencia de ver que ni siquiera el fallecimiento de una referente ha potenciado el cambio en la industria.


Foto vía Riot Games