A veces la magia del deporte reside en que, como la literatura o el cine, incluso los personajes secundarios pueden aportar valiosas lecciones. Ese es el caso con la retirada de Mohammed “Revenge” Kaddoura. Cualquier jugador que llega a la élite, sea la League of Legends Championship Series (LCS) u otra competición, tiene unas bases que le distinguen de la gran mayoría. Sin embargo, eso no implica que la historia del éxito esté prescrita. De ahí que toda clasificación tenga una zona baja, media y alta. Perder es más habitual que ganar pero sin la derrota no podríamos disfrutar mejor la victoria. Aun así, el top pone punto y final a su andadura como profesional demostrando por qué los ases en la manga son importantes. No los que se pueden ver en la Grieta del Invocador, sino en un lugar más importante: fuera de ella, donde la vida sucede.

Revenge se quedó sin equipo para el actual Spring Split a pesar de vivir probablemente la mejor temporada de su carrera en Evil Geniuses, uno de los dos clubes que se han marchado de la máxima competición norteamericana de League of Legends. Por un lado, fue otra víctima más de los recortes. No obstante, este caso es más vistoso porque está en el escalafón más alto. O por lo menos, con mayor visibilidad. Tal como describe él mismo en el ‘comunicado’ que ha hecho en X, se hizo una pregunta clave: “¿Seré lo bastante feliz como para esperar un año entero o más a que un equipo de la LCS decida ficharme?”. También se ofreció a sí mismo la respuesta: “La incertidumbre en torno a la seguridad laboral, incluso a cuál podría ser mi salario el año que viene, estaba empezando a causarme mucha ansiedad”.

En relación a la LCS, las palabras de Revenge que más deberían alertar a cualquier afición son las de que la liga seguía “sin un plan real” para reemplazar a los dos clubes que se marcharon. Pero una liga no sólo es la organización como tal, también los protagonistas que lo componen. Sorprende mucho que Kaddoura no fuera tanteado por ningún club después del rendimiento mostrado en 2023. Aún más cuando fácilmente es un perfil que no aparenta desencajar en proyectos como Immortals o Shopify Rebellion teniendo en cuenta sus respectivos jugadores en la calle superior. Algo que todavía parece surrealista dentro de los deportes electrónicos es que el recuerdo -aunque posiblemente en este caso su ausencia se deba a la situación económica- pueda pesar más que los propios hechos.

La retirada de Revenge es importante. No por la carrera, sino por las formas y el contexto. Se ha marchado con la tranquilidad de saber que tenía un as en la manga y sintiendo que lo hacía en el momento adecuado

Quizás alguien como Eric “Licorice” Ritchie tuviera demasiadas flaquezas en Cloud9 y en FlyQuest. Pero después de un último año como el mostrado con Golden Guardians, ¿ningún club considera que vale la pena apostar por este perfil? ¿Ni siquiera como sexto jugador por lo que pudiera ocurrir? La carrera de Revenge fue durante bastante tiempo la de los puntos sin entender. Un tipo que brillaba en solo queue pero sufría en exceso llegado a la liga de academias. Tal como ha asegurado el propio Kaddoura fue el actual entrenador de Case Esports, André Guilhoto, quien le dio el paso al ver sus resultados en el servidor. Lo más importante es que no escuchó al resto: tenía una idea y la ejecutó. Dentro de ella, el top fue un producto del técnico portugués. No se reforzó tanto en el talento puro, sino en entender mejor la Grieta del Invocador.

La LCS tiene dos equipos menos, muchos problemas financieros y por primera vez en nueve años jugará una final en el estudio de Los Ángeles. Estamos en 2024 pero, por los discursos que se destilan, parece que estamos en 2015. El término “invierno de los deportes electrónicos” es un arma de doble filo porque por un lado sirve para hacer pedagogía. En cambio, en otros muchos casos se usa como banalización de una recesión económica que afecta cada vez a más personas. Si a esta industria, que es volátil por naturaleza, se le incorporan aún más componentes de irregularidad el resultado es una trituradora de personas y sueños por cumplir. 

Por ello, la retirada de Revenge es importante. No por la carrera, sino por las formas y el contexto. Se ha marchado con la tranquilidad de saber que tenía un as en la manga y sintiendo que lo hacía en el momento adecuado. Porque tiene otra meta llamada ‘ser médico’. Nunca ha dejado de mirar de reojo su formación profesional alejada de los esports para cumplir su deseo de jugar profesionalmente a League of Legends. Pero por desgracia, actualmente sigue dando la sensación de que a muchos profesionales les quitas la creación de contenido o los banquillos y no tienen una idea clara de qué hacer con su vida una vez cuelguen el teclado y el ratón.


Foto de Stefan Wisnoski vía Riot Games