El top de T1, Choi Woo-je “Zeus”, ha demostrado que las cosas requieren su debido tiempo. Que la inmediatez es una rara avis dentro de la excelencia. A veces es necesario cocinar a fuego lento aunque la competición no pida procesos, sólo resultados. El caso del surcoreano es completamente llamativo: con sólo 19 años ya puede presumir de haber ganado su propia liga y un Mundial. Venció en la primera final que disputó en su carrera para posteriormente acostumbrarse a las medallas de plata. Este 2023 se ha desquitado de esa rutina tan admirada para el que está alejado de los podios, pero odiada por el que los conforma. Sin embargo, el premio más importante del año para el surcoreano es haberse deshecho de ciertas etiquetas.

Formar parte de T1 significa tener que asumir automáticamente un escalón más de presión en comparación a cualquier otro club del mundo. Zeus no es ninguna excepción, especialmente teniendo el gran historial de la organización con la calle superior. Jeong Eon-young “Impact”, Jang Gyeong-hwan “MaRin”, Lee Ho-seong “Duke” o Kim Dong-ha “Khan” son algunos de los nombres que automáticamente ponen la piel de gallina. Es decir, el legado es extremadamente importante. En pocas entidades pesa tanto el hecho de asumir herencias como en la de los tetracampeones mundiales. Especialmente cuando incluso en un periodo de formación la competitividad entre los propios jugadores es tan alta. La tensión es aún más grande teniendo en cuenta que Woo-je es resultado de un modus operandi concreto, hijo de una nueva idea por parte del mejor equipo de la historia de League of Legends.

Desde un primer momento Zeus respondió con un abrir y cerrar de ojos. Salió de ‘la nada’ para muchos espectadores y poco tiempo necesitó para hacer olvidar a Kim Chang-dong “Canna”, a la vez que demostró que estar acompañado por el nombre de T1 no es ningún tipo de seguro para una carrera llena de éxitos. Por el momento, ese ha sido el caso con Noh Tae-yoon “Burdol”: a medio camino entre su talento y las expectativas generadas. El caso de Woo-je es prácticamente único ya que, desde su asentamiento en el quinteto titular del club surcoreano, ha sido el mejor top de la League of Legends Championship Korea (LCK) en tres de cuatro temporadas que ha disputado en su carrera. En otras palabras, es otro producto de la normalización de la excelencia.

La única mancha de Zeus en su currículum hasta el pasado Mundial fueron las finales. Con la excepción de la de la temporada de su debut, el jugador de T1 se ha dejado sobrepasar por figuras como el top de Gen.G, Choi Hyeon-joon “Doran”, y el de Hanwha Life Esports, Hwang Seong-hoon “Kingen”. En definitiva, contra profesionales ante los que ya había demostrado ser mejor. La única ‘excepción’ cuando se vio las caras contra Royal Never Give Up, es decir, cuando tuvo delante a Chen Ze-Bin “Bin”. Eso generó rápidamente la etiqueta de ‘choker’. Un hecho que no llamaría la atención si no fuera porque en 2022 no dejaba de tener 18 años recién cumplidos. El nivel de calidad de Woo-je siempre ha sido tan alto que se le ha exigido jugar como un veterano en los momentos tan importantes.

T1 perdió a lo largo de 2022 tres de las cuatro finales que disputó a lo largo del año (un dato al alcance de muy pocos equipos y profesionales). Sin embargo, sin esas derrotas quizás no habría expuesto a Zeus ante sus fobias. Ante los grandes escenarios donde al talento se le debe de añadir la determinación. Entre la espada y la pared en situaciones donde la mente debe ser más fría que nunca para sobresalir. Es posible que sin esos resultados negativos el top no se hubiera levantado para llegar al punto con el que ha cerrado la 13ª temporada de League of Legends: superando sus miedos y proclamándose en el mejor jugador del partido del último Mundial.

T1 se adaptó a las necesidades de Zeus

Además de estar expuesto a sus fobias, Zeus también contó con un gran apoyo de T1 durante la gran final. Weibo Gaming pecó de ingenuo apostando por el lado azul de la Grieta del Invocador, ya que por mucho que ese costado sea fuerte, los tetracampeones mundiales tenían las herramientas necesarias para anularles. No fue una cuestión de volver a desplazar las elecciones de la calle inferior a la segunda rotación de la fase de selección y bloqueos de campeones. El club surcoreano tiró de una estrategia que envejece como el vino: dar el counter pick al jugador adecuado.

Durante la final, Zeus fue el principal beneficiado de T1 porque Weibo escaseaba de originalidad. Todo dependía de la cara de la moneda que fuera capaz de ofrecer Kang Seung-lok “TheShy”. Al descarado tímido le endosaron Aatrox en un ejercicio más parecido a uno de fe que no pragmático. En ese instante, el club le dio a Woo-je la posibilidad de juga Yone y Gwen como respuesta a la icónica elección del exjugador de Invictus Gaming. Luego fue el propio profesional de 19 años el que jugó la Espada de los Oscuros y le dio una lección al Kennen de uno de sus referentes, el que ha habilitado que jugadores como él nazcan. A veces complicamos tanto las cosas que se nos olvida que lo más sencillo puede ser igual de efectivo.