El deporte no sólo consiste en el día a día de la competición, sino también en el futuro que se puede dejar a las siguientes generaciones. Por ello, no es de extrañar que figuras como el entrenador José Mourinho defiendan el concepto de herencia. “¿Sabéis que es herencia? Otamendi, Kevin de Bruyne, Silva, Sterling, Agüero… Son inversiones del pasado, no de los últimos dos años. ¿Sabéis dónde están la mayoría de los jugadores del United que se marcharon la última temporada? Mirad dónde juegan, cómo juegan, si realmente juegan”, declaró el técnico tras caer eliminado en la Champions League a manos del Sevilla. En el League of Legends surcoreano, esas inversiones de las que hablaba Mourinho en referencia a los jugadores del Manchester City se pueden trasladar al legado de Griffin.

La historia de Griffin está marcada por el dolor final. Un recordatorio de por qué no todo tiene que acabar necesariamente bien por mucha felicidad que haya en el camino. Con una plantilla de debutantes el conjunto surcoreano se estrenó en la élite quedando subcampeón del Summer Split de 2018. Su carta de presentación de la League of Legends Championship Korea (LCK) fue sinónimo de calidad. Peleó hasta el último momento contra KT Rolster en la final de la liga hasta quedar 3-2. Un resultado que dio la sensación de que, con un poco más de experiencia, no habría acabado con Go Dong-bin “Score” ganando su primer campeonato nacional. Ese peso cargó al equipo en 2019, cuando disputó dos finales consecutivas. No se antepuso a la némesis de SK Telecom T1, pero a favor de la liga, dejó un mensaje claro: el formato de Rey de la Colina debía desaparecer.

Si 2018 fue el año de la ausencia mundialista, 2019 fue el de la única aparición internacional. Griffin cayó con dignidad ante Invictus Gaming en los cuartos de final. Sin embargo, el daño colateral no llegó por aquella serie en concreto, sino por lo que sucedería después. El final de la novena temporada fue el principio del fin. Choi Hyeon-joon “Doran” y Jeong Ji-hoon “Chovy” pusieron rumbo a DRX, mientras Son Si-woo “Lehends” a Hanwha Life Esports. Contar con el talento de Lee Seung-yong “Tarzan” y Park Do-hyeon “Viper” no fue suficiente. Un año y medio después de su estelar aparición, el conjunto surcoreano descendió a la segunda división: la Challengers Korea. Un Summer Split después de ese descenso, sin demasiado por dónde rascar, la organización confirmó la peor noticia. A pesar de los grandes momentos, el club desapareció.

La desaparición del equipo generó muchas preguntas con el “y si” a su alrededor. Mucha gente vio cómo un futuro brillante acabó esfumado. Ese adiós también fue un test de realidad para los jugadores, que debían demostrar su valía separados en su gran mayoría. Sin embargo, ninguno ha defraudado. El legado de Griffin dentro del League of Legends surcoreano reside en el hecho de haber sido capaz de dejar profesionales de gran calidad en herencia. Algunos de ellos son élite mundial y pelean no sólo por el puesto al ‘mejor’ de su posición, también por el título a mejor jugador del mundo. Incluso las piezas secundarias de aquel conjunto han encontrado su lugar en el ecosistema competitivo con equipos de la tabla superior, no sin antes haberlo pasado mal.

Desde el año de la muerte de Griffin, los Worlds siempre han contado con sus exjugadores. Doran, Chovy y Seo Jin-hyeok “Kanavi” en 2020. El medio repitió junto a Tarzan y Viper en 2021. El año pasado, el único que se perdió la cita fue el jungla de LNG y esta temporada la ausencia la marca el ADC. La memoria del club puede presumir de que uno de sus miembros, el tirador, se ha proclamado campeón mundial. También que con el paso de los años todos los que eran sus jugadores pueden conseguir la Copa del Invocador. Por ello, la organización puede clamar desde la tumba un mensaje similar al de Mourinho: “Un día, cuando me marche, el siguiente entrenador del Manchester United se encontrará aquí a Lukaku, Matic… Por supuesto, De Gea desde hace muchos años atrás… Se encontrará a jugadores con una mentalidad diferente, con una calidad distinta”.

El ‘bendito problema’ de Griffin

Un hecho curioso de la herencia de Griffin es que los cinco jugadores que conformaron su mejor quinteto titular nunca han coincidido todos en unos mismos campeonatos. Sin embargo, uno de los jugadores que nunca llegó a jugar en la LCK defendiendo al equipo, sí ha tenido más participaciones internacionales. La mancha en el currículum del club fue dejar que su entrenador, Kim Dae-ho “cvMax”, agrediera física y verbalmente a Choi Sung-won “Sword”. Ese hecho, mucho más importante, tapó que la organización fuera la primera en observar y asegurar el talento de Kanavi.

Cualquier equipo del mundo pelearía por tener a Tarzan o Kanavi en sus filas. No obstante, Griffin contó con los dos y tomó una de las decisiones más importantes de la historia reciente de la League of Legends Pro League (LPL): cederlo a JD Gaming. Sin ese Summer Split de 2019, quizás el conjunto chino nunca habría optado por ficharle definitivamente. Desde entonces JDG ha ganado tres LPLs, un Mid-Season Invitational (MSI) y esta temporada aspira a hacerse con el Grand Slam. Tarzan sigue sin un título en sus vitrinas, pero su calidad es innegable. Por entonces el equipo surcoreano tenía varias posibilidades en sus manos, pero prefirió ser conservador. Sin embargo, tener este ‘problema’ es una ‘bendición’, ya que refleja que o bien una plantilla es de calidad -independientemente de si es larga o corta- y que el scouting actuó excelentemente.