Competir desde hace una década no ha impedido a Martin Larsson “Rekkles” volver a ser el centro de las noticias dentro del mercado de fichajes. A finales de 2020 por cambiar la camiseta de los black & orange por la de su eterno rival; en 2021 por formar parte del fenómeno mediático, deportivo y social de Karmine Corp y en 2022 por intentar firmar una tercera parte positiva con Fnatic. Para el sueco no hay tres sin cuatro, por lo que este año ha sorprendido con la confirmación de su fichaje por la Academia de T1. No jugará de tirador, sino de apoyo, manteniéndose en el cambio de rol que anunció en abril. Sin embargo, la leyenda europea no es una pionera en la llegada de jugadores occidentales a Corea del Sur. El primer profesional que lo hizo fue Sebastian Edholm “Malice”.

Malice se plantó en Corea del Sur con sólo 21 años. Quizás, desde el exterior esa edad no tiene ningún significado. Sin embargo, dentro de los deportes electrónicos tiene relevancia: a priori, un jugador tiene experiencia en ese momento vital. Ese no era el caso del jugador sueco, cuya única experiencia era la 10ª edición del IeSF Esports World Championship. Campeonato que disputó con nombres muy familiares a la Superliga, es decir, con Olof Hagberg “fjoompbun” -anteriormente conocido como Flaxxish- y Erik Wessén “Treatz”. Dentro del servidor europeo tenía fama de ‘loco’, no sólo por su habilidad mecánica, sino por el tipo de selecciones en el que destacaba en la jungla. Concretamente a través de Karthus o asesinos como Kha’Zix o Evelynn, personajes que dan pie a clichés.

Si Malice acabó de intercambio en Corea del Sur era por la confianza que Nick De Cesare “LS” tenía en él. De Cesare ha sido un tipo con las ideas muy claras. No aparenta entender de puntos intermedios, pero siempre va de cara con su concepción. Vive y muere con su pensamiento, algo que le sucedió años después en Cloud9. LS confió en el talento de Edholm, que era cercano a él. Cuando bbq Olivers le dio al técnico las llaves del proyecto para devolver al club a la League of Legends Championship Korea (LCK), el estadounidense no dudó en apostar en uno de sus ‘hombres’ del Viejo Continente. El debut se produjo en la KeSPA Cup de 2018. Ni más ni menos que ante SK Telecom T1. 2019 sería el año del todo o nada: el proyecto sería un acierto o un fracaso, sin intermedios.

Para el Spring Split de 2019, bbq Olivers reforzó su ‘núcleo’ occidental con la incorporación de Alexey Zatorski “rjs”, por entonces conocido como Deus. El canadiense, jugando a dos bandos entre la calle superior y la central, fue fichado como suplente de Heo Seong-joo “HeoKong”. También debutó en la segunda división surcoreana, la por entonces conocida como Challengers Korea (CK). Rjs lo hizo contra VGS, como un recurso temporal, pero Malice era la apuesta principal dentro de aquel quinteto de Olivers. Su estreno fue de menos a más: empezó perdiendo con Kha’Zix, pero con Xin Zhao y Evelynn dio la vuelta al partido inicial contra APK Prince. El proyecto de LS debía analizarse con precaución, pero existían alicientes para creer. O por lo menos estar interesado.

A pesar de la victoria inicial, la CK exigía mucho más. Bbq Olivers acabó la fase regular quinto con un récord de seis victorias y ocho derrotas. ES Sharks, líder de la clasificación, se fue al torneo de promoción de la LCK directo. Olivers aún tenía la bala de los playoffs, que se componían del segundo al quinto clasificado, y acabó perdiendo precisamente contra APK Prince en las semifinales. Aquella temporada, ‘discreta’ en cuanto a resultados pero interesante por contexto, fue la última de Malice en muchos años. El jungla sueco dinamitó su propia evolución por su toxicidad en solo queue. Su club le suspendió, no compitió durante el siguiente Summer Split y hasta 2022 no jugó de nuevo en la escena profesional de la mano de Cloud9, donde tampoco tuvo un gran recorrido más allá de la primera mitad del año.

Malice sí tenía más que arriesgar

La llegada de jugadores occidentales a competiciones surcoreanas implica en muchas ocasiones “poco que perder a cambio de hacer historia”, como escribió el periodista Fernando Cardenete sobre el fichaje de Jakob Mebdi “YamatoCannon” por SANDBOX Gaming como primer entrenador. También es el caso de Rekkles, ya que al incorporarse a la Academia de T1, deportivamente tiene poco que perder a corto plazo. En cambio, mucho margen de victoria a medio y largo plazo si se ‘empapa’ de todos los conocimientos surcoreanos y de los tetracampeones mundiales, especialmente teniendo en cuenta que el club cuenta con Ryu Min-seok “Keria” en el primer equipo. En cambio, la apuesta de Malice sí que implicó más riesgos al tratarse de su debut. Pero a la hora de la verdad, el único que dinamitó esa posible carrera fue él mismo con las actitudes que no se esperan de un jugador profesional en solo queue.