Los píxeles pueden marcar diferencias en League of Legends como los centímetros en los deportes tradicionales. El tirador de JD Gaming, Park Jae-hyuk “Ruler”, conoce bien esa sensación. Cinco años atrás le denegó a Lee Sang-hyeok “Faker” su cuarta Copa del Invocador, la que habría sido la tercera consecutiva. Usó agresivamente su Destello a sabiendas de que el Rey Demonio. Le cazó a sabiendas de que no podía huir de esas unidades básicas de imagen en forma de Cadenas de Corrupción. Seis años después la estrella de T1 le ha servido la venganza con su propia medicina. Dejando para la historia una cazada con Azir que maldice por segundo año consecutivo al ADC surcoreano.

El mensaje que ha enviado Faker en las últimas semifinales de Worlds es el de una deidad que se resiste ante el paso del tiempo. Una figura que en vez de quedarse estancada en su tiempo, se adapta a los cambios. Que escucha a quienes tiene alrededor para poder mostrar su mejor versión. Es por eso que la derrota de JD Gaming pesa demasiado. El vigente campeón de la League of Legends Pro League (LPL) llegaba como el gran favorito para hacerse con el Grand Slam. Esta caída ha dejado a G2 Esports como el club que más cerca ha estado de escribir historia. Sin embargo, ni siquiera los samuráis llegaban con una sensación de ‘imbatibilidad’ tan grande a su respectivo Mundial. Sobre JDG las preguntas giraban alrededor de cómo era posible ganar al conjunto chino. A nivel individual, también cuáles eran las posibilidades de poder pillar desprevenido a Ruler.

Faker encontró la respuesta a la pregunta que concernía sobre Ruler a través de la ya famosa cazada con Azir. Justo cuando el miembro de JD Gaming tenía en sus manos superar a Jian Zi-Hao “Uzi” en la mesa de mejor tirador de la historia. Precisamente cuando nadie ponía en duda que aterrizaba al Mundial como mejor jugador del Mundo. En un contexto único para convertirse en el antihéroe perfecto: ser el primer y único surcoreano que conseguía el Grand Slam, en casa, pero con un representante de la LPL. Pocos jugadores como el ADC relacionan tan bien la palabra ‘derrota’ como sinónimo de ‘injusticia’ en el planeta. En este 2023 ha sufrido el mismo mal que padeció en 2022. Partió como favorito en dos semifinales que sentía como ‘trámite’ para pelear por la Copa del Invocador para acabar quedándose a las puertas del sueño deseado por todos.

De todas maneras, de un año a otro las cosas pueden cambiar radicalmente. En 2022 la derrota con Gen.G fue la de la decepción. Prácticamente nadie contemplaba la posibilidad de ver caer al campeón de la League of Legends Championship Korea (LCK) contra la ‘Cenicienta’ de DRX. Ante aquel equipo que fue quinto y sexto en Corea del Sur. Pero los favoritos cayeron para dar paso a la historia más bonita jamás escrita. Por el camino vio cómo su dúo jungla-medio colapsó en picado para favorecer esa obra literaria. Ruler fue el único jugador que combatió con más literatura en la Grieta del Invocador. Como si en un libro colectivo sólo una de las plumas luchara por evitar que su texto se viera sobrepasado.

En cambio, este 2023 la historia ha sido completamente diferente. No es que JD Gaming colapsara por mucho que haya compartido resquicios de decepción en la calle central durante los momentos más importantes. Simplemente T1 comprendió mejor el metajuego y qué exigía el enfrentamiento contra el conjunto chino. Cuando el ganador de la LPL se vio contra las cuerdas, recurrió de la misma estrategia que el FC Barcelona dirigido por Ernesto Valverde: darle cuantos más balones al mejor del equipo para que se saque un as en la manga. En este caso, Ruler fue el elegido. A través de Zeri, aquella campeona con la que tantas veces ha sido determinante para resolver situaciones comprometidas en China. Sin embargo, unos Worlds siempre exigen más. Y el gobernante de la calle inferior fue gobernado una vez más mientras se veía solo.

Ruler ha ganado sin expectativas

Las derrotas de Ruler en los dos últimos Worlds reflejan que el tirador ha funcionado mejor cuando su equipo no tenía expectativas, al menos en la historia de los Mundiales. Además de 2022 y 2023, en el Mundial de 2020 se quedó ‘corto’ cuando se vio sobrepasado por G2 Esports en los cuartos de final. Aquel Gen.G no era ni mucho menos mejor que el ya proclamado campeón surcoreano. De todas maneras, por aquel entonces se trataba de una inversión importante. Pero a la hora de la verdad, el ADC debía responder ante las ineficiencias de jugadores como Kim Kwang-hee “Rascal”, Kim Tae-min “Clid” o el ahora renacido Gwak Bo-seong “Bdd”. Curiosamente, sólo un año después ese mismo quinteto mostró una mejor versión de sí mismo en la misma ronda. Contra EDward Gaming, llegando a forzar el quinto mapa. Todo cuando nadie tenía grandes expectativas sobre ese conjunto.

El único paréntesis de Ruler en la historia de los Mundiales fue 2018, cuando formó parte del peor representante de la historia de la LCK en unos Worlds. El Gen.G que se marchó con un récord de una victoria y cinco derrotas en casa sorprendió por sus sensaciones negativas. Aunque el colapso de Corea del Sur en aquella edición pillara al mundo por sorpresa, el equipo del tirador fue ‘el caso menos importante’. Principalmente porque el Torneo Regional supo más a casualidad que no a causalidad por mucha desilusión que generara Kingzone DragonX. De hecho, la caída de Kim Jong-in “PraY” y Kang Beom-hyun “GorillA” tuvo más revuelo.

Los dos mejores resultados de Ruler en un Mundial han llegado con dos componentes comunes: con Samsung Galaxy como equipo y sin las expectativas a favor. En 2016 el mundo estuvo pendiente de ver las semifinales entre SK Telecom T1 y ROX Tigers como la final anticipada, pero Samsung demostró el motivo por el que no debemos adelantarnos. Un año después, el tirador produjo la famosa caída del Rey Demonio ante la incredulidad del planeta. Daba igual que los tricampeones mundiales llegaran muy justos a la serie al mejor de cinco. Que no se adaptaran tan bien al metajuego y que SSG dominara la fase eliminatoria con una facilidad que asustaba. La idiosincrasia del club en Worlds pesó más que otro motivo, pero Faker acabó aquel partido llorando. Justo cuando el ADC no estaba tan rodeado de expectativas.