Una verdad difícil de aceptar es que, en la vida, no siempre hay héroes y villanos. A veces las cosas salen mal sin que la persona que se encuentra al otro lado tenga un carácter antagónico. Por eso, cuando nos gusta el deporte, este se convierte en una parte importante de nuestro día a día. Además de dar paso a la imaginación sobre algo que todavía no ha sucedido, y sin la certeza de que ocurra, también nos permite ponerle rostro a la rivalidad. A las ideas o concepciones que bajo ningún concepto querríamos representar. Ese es el caso de Sentinels de cara a la Masters de Madrid. El retorno del infame personaje del VALORANT norteamericano es una buena noticia para el esport teniendo en cuenta el caldo de cultivo presente en el torneo.

Sentinels es un buen villano porque en las etapas iniciales de VALORANT como deporte electrónico consiguió que G2 Esports no pareciera el bad boy que presume ser. Los centinelas ganaron en los compases iniciales y siempre lo hizo con Europa como verdugo. Conquistó la Masters de Reikiavik y lo hizo ante Fnatic. Quizás en otras secciones, los black & orange pueden no generar demasiada simpatía, pero en el shooter de Riot Games la crean gracias a Jake “Boaster” Howlett. El conjunto norteamericano no se escondía: sabía que era el mejor equipo y no recurría a la falsa modestia. Todo lo contrario, te lo recordaba insistentemente. Se mostró como una extensión del prototipo de ciudadano estadounidense que existe. A veces el cliché no deja de ser una ironía de la realidad para decir aquello que, con otras palabras, no nos atreveríamos.

Cuando Sentinels cavó su propia tumba a mediados de 2021, la tirria que generó fue tan grande que una gran parte del público no dudó en hacerle pagar todo su ego. El trash talk consiste en eso: en golpear, pero también poner la mejilla y aprender a recibir los porrazos cuando toca. Lo que prácticamente nadie se llegó a imaginar es que la racha de los centinelas llegara a ser tan longeva. Porque salvando el LOCK//IN, cuya clasificación era por invitación directa, el club norteamericano ha necesitado más de 900 días para disputar un torneo internacional por méritos propios. Con la victoria por 2-3 sobre LOUD, la entidad ha demostrado que incluso los antagonistas tienen sus propias motivaciones. Que las redenciones no sólo están reservadas para los héroes, también para los villanos.

A los villanos no hay que repudiarlos, hay que abrazarlos. Alimentarlos con el toma y daca que da emoción a las competiciones

En la recuperación de los centinelas existen distintos hilos que merecen la pena. Tyson “TenZ” Ngo se proclamó MVP de las finales del Kickoff después de dos años en los que pasó de mejor jugador del mundo ha criticado, no sin argumentos. Con una parte del público deseando que su fracaso -siempre medido en relación con las expectativas y los resultados finales- en Counter-Strike: Global Offensive (CS:GO) se emulara dentro del shooter de VALORANT. Gustavo “Sacy” Rossi aplicó la ‘ley del ex’ después de ver cómo Brasil le cuestionaba por dejar LOUD tras ganar el VALORANT Champions. Jordan “Zellsis” Montemurro llegó para ser sexto jugador y demostró que, a veces, las plantillas que no están limitadas a los titulares pueden tener efectos positivos. Además, sustituyendo a Bryan “pAncada” Luna, con todo el ruido que provoca en Brasil.

Tal como explica el exentrenador de FlyQuest RED, Eugenio “kam1kaze” Mongi, hay algo de ‘Scaloneta’ en Sentinels cuando el entrenador que eleva al éxito es el asistente de un técnico que abocó a una selección -en este caso, un club- al fracaso. Todos los componentes que generan interés tienen efectos, algo que se ve reflejado en la audiencia de la final del Kickoff: más de 800.000 espectadores. La final entre Sentinels y LOUD fue el partido más visto de la historia del VALORANT norteamericano. A los villanos no hay que repudiarlos, hay que abrazarlos. Alimentarlos con el toma y daca que da emoción a las competiciones. Quizás, por ejemplo, de no ser así no habríamos disfrutado tanto de la era dividida entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo (Dios es rosarino, nunca está de más recordarlo).

Sentinels vuelve al escenario internacionalmente al continente donde una vez ganó. Además, ahora con público. Con el sexto jugador -a priori- a favor de Team Heretics, el representante local. Los aficionados de Heretics son herejes, no otra cosa (y es completamente legítimo), mientras otros abogan más por el sentimiento nacional o regional. A lo mejor por eso los espectadores tienen más estima a Movistar KOI o GIANTX, que apelan más a la localidad. Sin embargo, a la hora de la verdad, todo el mundo se une contra Thanos, Voldemort, Palpatine o el villano en cuestión. 

También es extremadamente importante ver cuál será la respuesta de Karmine Corp. Dio la sorpresa ante Fnatic, pero en Madrid es donde más debe demostrar. No tanto por el rendimiento deportivo, en cambio, sí para hacer una demostración de poder con su masa social, la misma que a inicios de año reclamaba a Riot Games estadios o estudios con más capacidad para poder ver a su equipo. A los antagonistas como Sentinels siempre hay que abrazarlos. Y si no existen, pues buscarlos. Por mucho que podamos ir de dignos, la rivalidad genera un interés y unos estímulos únicos. Se trata de un duelo de identidades y la magia del deporte es que, en el mejor de los casos, acaba con un apretón de manos en el césped, las pistas o los servidores.


Foto de Colin Young-Wolff vía Riot Games